lunes, julio 27, 2009

Bienvenido.


Entonces estas ahí parado en medio de la calle. La gran avenida de una ciudad que ruge diariamente. Son las 14:00 de la tarde y la gente debería estar siendo vomitada por los locales de comida rápida, para aglomerarse en las aceras de una forma casi impertinente. Las bocinas de los autos deberían estar golpeando en tus oídos tan fuerte que no te dejarían oír nada mas. Alguien en un acto de valentía debería salir en cualquier momento de una de las partes de cualquier vereda para hacer un acto que considere heroico y sacarte de entre los autos antes de que te conviertas en otra mancha en el suelo de una calle erosionada por los mil doscientos pares de ruedas que circulan a diario sobre ella. Pero ¿que tienes?, nada. Con suerte si la conmoción no te ha congelado la piel y los niveles de adrenalina ya no empiezan a desbordar por todo tú cuerpo. Si prestaras por una milésima de segundo atención a lo que tienes más próximo y dejaras de fijar la vista en un horizonte desolado podrías oír los latidos de tú corazón. Pero ¿que tienes?, estas ahí mismo en el gran trozo de sementó solo, atónito. ¿Es un sueño?, ¿será acaso que tú mente a comenzado a jugarte una broma?, no lo sabes, y no lo vas a averiguar parado ahí esperando que alguien venga y te libere de tu mutismo.

Cuando logras por fin salir del transe que te acompleja comienzas a pensar en la ultima cosa que estabas haciendo antes de llegar aquí. Y eso nos remonta 3 días hacia un pasado hipotético , un pasado que por más que quieras ya no es real, ni siquiera la gran parte de lo que recuerdas es real, quizás tú vieja amiga memoria haya afectado tanto el recuerdo que solo podrás tener nociones vagas de lo que creías que hacías días atrás. Y así, nos remontamos a las 7 am en punto de alguna parte de tu vida, en alguna ciudad. Que tienes?, te levantas sintiendo que mueres por dentro, ¿es la resaca de un día de alcohol talvez?. Como sea, te despiertas algo asustado por el “Bip” de un despertador digital. Es viernes, un viernes de responsabilidades. Te duchas y luego te sumerges en tú traje elegante de día viernes, bajas de tu apartamento y te subes a tu hermoso coche de 10 millones de pesos. Y te adentras en la ciudad camino a tú trabajo, como un pene penetra en la vagina.

A las 10 en punto con suerte estaras en tu despacho. Cecilia tú secretaria al verte correrá ha preparate un café y te dara la información necesaria para seguir con tu vida, hasta por lo menos las 6 de la tarde.

A la hora de almuerzo, recibes una llamada.¿Quien es?, dímelo tú. Claro claro, es Gaspar, tú viejo amigo de la infancia que te tiene una loca propuesta para esta noche. Otro Bar, Pub, disco que importa. Te dice que ha eso de las diez se verán, que pasara por ti y que lleves tu billetera cargada. A la hora de almuerzo vas al mismo restauran de comida hindú, no sabes nada de la india, pero el simple sabor del curry en tu comida te hace amarla.

Luego nos movemos tan rápido como quien acelera con un clic una película y son las 6 en punto. Despachas a tu último cliente y antes de irte besas en la frente a Cecilia por la planificación del día, mañana o quizás la semana pasada será igual, pero piensas que así y dándole un sueldo más alto de lo que debería tener una secretaria promedio contribuyes en su vida.

De camino a casa, pasas por un café. Sublime, crees que es el mejor café que has probado en la vida, si casi puedes sentir el delicioso sabor de los granos tostados deshacerse en tu boca. Pero eso no es lo que nos interesa, volvamos un poco más adelante, son las 12 de la noche y estas en un antro, Gaspar como siempre bebe como si el mundo se pudiera acabar en cinco segundos más, y el no lo nota, pero esta derramando su copa con cada movimiento que hace tratando de hablarle a la chica que esta frente a él, es una escena graciosamente triste, pero que importa, por la mañana ni recordara el nombre de la chica si es que logra acostarse con ella. De repente sucede algo, algo que te llama la atención, de entremedio de la multitud aparece una chica, lleva un arma, una pistola, ¿Realmente tiene un arma? No, es una copa. ¿La conoces?, claro que la conoces, pero no puedes recordar su nombre. Se te acerca y la invitas una copa, Laura, ese era el nombre que no recordabas. Laura es una chica muy atractiva, una rubia algo pecosa, sumergida en un vestido rojo escotada, no tan escotado, pero si lo suficiente como para querer saber que sigue ahí después del escote. Hablas de lo que has hecho las últimas semanas de la última vez que la viste. No, no, no la has estado evitando, al menos eso le dices. Pero tu y yo sabemos que si la has evitado. Un mundo con doscientos millones de habitantes y justo te topas con la persona que quieres evitar en una discoteca, ¿cuantas probabilidades hay para que eso pase?, las mismas como las que existen de que mueras de alguna manera ridícula. El caso es que Laura te habla, de su último paseo a roma, de cómo casi vio al papa y de los vestidos que compro en algún local de alta costura. Ella bebe y bebe y rápidamente comienza a dejar de hablar de banalidades y comienza a hablar de lo que siente por ti. De lo mal que la hiciste sentir al no llamarla nunca más después de la ultima vez que se vieron. Comienzas a sentirte incomodo he intentas buscar a tú amigo con la mirada, pero Gaspar ya no esta por ahí, no puede salvarte, así que estas solo. Para apurar el trámite y deshacerte de ella más rápidamente te ofreces a dejarla en su departamento, ella acepta, porque piensa que realmente ha logrado conmoverte con todo lo que te ha dicho.

Vas conduciendo por la ciudad y Laura no para de hablar de cuanto te ama, de que su gurú le dijo que quizás en otra vida ustedes también habían estado juntos, te dice lo mal que se ha sentido, incluso te confiesa que ha estado visitando un psicólogo y este le ha dicho que tiene un leve trastorno emocional que se reduce en una pequeña obsesión enfermiza a tú persona. Pero te dice que no te alarmes, que ella puede controlarlo. Comienzas a sentir entonces esa pequeña gota que resbala por tu cuello, eso se llama escalofrío, te lo presento. Es entonces en este punto de la historia donde tú y Laura, comienzan a tener una pequeña discusión, y ella empieza a mover el volante haciéndote perder el control. Y ¿que pasa después?, Después te despiertas en tu casa, a las 7 en punto, como todos los días, piensas que todo fue una tétrica pesadilla que te alegra haber superado. Es entonces cuando te levantas y sales de tú casa, es entonces, donde comienzas a notar que no hay nadie en las calles, es entonces donde te das cuenta que solo estas tú parado en medio de la avenida, es entonces cuando aparezco yo y te digo que estas muerto. Bienvenido al purgatorio.

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Versión sin editar, no critique la ortografía.

martes, julio 21, 2009

...


Eres el ruido más amargo

De los sueños más largos

Un grito en el silencio

De los ciegos dionisiacos

Bébete tú pena

Fúmate un tabaco

Límpiate los pies

Tus besos son amargos

Sabes a pecado

Y yo a feto abortado.

Fué


Caminado con pasos lentos

Disolviéndose como cadáveres

En ciudades desoladas

Nos desfragmentamos en el polvo

Y volamos por los aires

Sumergidos en smog

El diluvio de la pena

Es nuestra esperanza.

Ya no podremos devorarnos

Nuestras manos ya nos pesan

Y tú bocas sabe a polvo

Ya no eres un presente

Y yo fui un momento

un momento ya es pasado

Corre por los callejones

Vuélvete neón

Ilumina nuestros pasos

Cobíjanos en alcohol

Fúmame

Soy un cigarro

Intoxícate conmigo

Me inhalas por tus poros

Y me esfumo en tus pechos

Es que ya solo somos Nada

Y lo que la Nada es, Nada es.

Los Bersuamish


Las nubes se deslizaban lentamente sobre un cielo gris que se replegaba por toda la planicie en una desolada inmensidad. Ahí inmersos en una polvorienta nube de arena caminaban los viajeros.
La caravana se desplegaba en un montón de ropajes viejos y andrajosos que se movían en fila recta por las dunas. No eran más de diez hombres y unos cuantos camellos. Y si los observabas con determinación podrías ver entre sus mantas los pequeños agujeros que habían hecho para poder observar el polvoriento paisaje y para poder seguir su rumbo.

Eran hombres que desaparecían a cada paso que se adentraban en el desierto. La fuerte ventolera iba borrando cada huella que dejaban a cada paso, asumo que era esta la razón por la cual mantenían la calma y seguían su rumbo sin mirar hacia atrás, era eso o sentarse a ser enterrado por la arena.

Cuando llegaron a las puertas del Caos los estaba esperando, los antiguos me habían encomendado en el décimo año de mi viaje, la misión de hacerlos cruzar las puertas a salvo. No querían que los Nagash los volvieran locos al devorarles las almas en sueños. No dijeron mucho, mas que tenían alguna especie de ofrenda que entregar a las tribus del Sur. Yo que les debía un par de favores acepte.

Al verme arriba de mi camello en las proximidades de las puertas, se alarmaron, pero les mostré el brazalete de los siete sellos, emblema de los antiguos, y se tranquilizaron. Luego se me acerco uno de ellos, Bhansali dijo que se llamaba, era el más viejo de todos y el líder de la caravana. Estaba envuelto en ropajes andrajosos y tenía un turbante en la cabeza que le llegaba hasta la proximidad de las cejas. Me pregunto si podríamos llegar hasta el otro lado en tres días. A lo que le respondí que si los Varenst se apiadaban de nosotros quizás lo lograríamos. En marcha entonces me dijo y comenzamos nuestra peregrinación.

Galopábamos a pasos firmes para acercarnos antes del atardecer a las puertas. No queríamos estar ahí cuando los Nagash comenzaran a salir de sus cuevas. Les pregunte que porque tenían tanta prisa, a lo que Bhansali me respondió que llevaban el oráculo hacia las tierras del sur para cumplir una vieja profecía Bersuamish. Supuestamente una gran guerra se aproximaba, y las tribus debían tomar una decisión lo antes posible. Las penumbras pronto saldrían de sus escondites y ni siquiera muertos podrían encontrar la paz. “La muerte es solo un pequeño descansó entre esta vida y las próximas” me dijo y si el Gutresharm logra despertar, todos seremos devorados por la eternidad por las fauses del Bersharam y no podremos morir ni vivir nuevamente. Es por eso que te ruego que por los Varenst nos ayudes a cumplir nuestro viaje. Le respondí que así se lo había prometido a los ancianos y que así seria, pero que si quería cumplir con su cometido, tendría que cruzar las macizas por la mañana y que antes de que terminara su viaje tendría que morir. Me miro atónito, pero antes de que pudiera decir algo me apresure a seguir nuestro camino, antes de que en sus mentes las sombras de los oscuros comenzaran a atormentarlos.
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